lunes, 16 de junio de 2014

Bienvenido

“Bienvenido”

Primer Recuerdo: 


Poco pude ver a través de la venda. Alguien desconocido me guiaba en el recorrido de los largos pasillos e incontables escaleras que integraban ese lugar, laberíntico a mi parecer. Siempre hacia abajo, sin retorno. El extremo silencio que reinaba solo era interrumpido por mi entrecortada respiración y el eco de mis temblorosos pasos que me llevaban sin remedio hacia un destino desconocido, pero desafiante.

Al cabo de un rato que no supe medir nos detuvimos. La venda se aflojó y cayó al suelo. La oscuridad aún predominaba, pero pude distinguir ante mí una puerta de metal, que al estar entreabierta, dejaba escapar algo de luz del interior. Me giré, pero ya no había nadie, quien quiera que fuera, se esfumó como un fantasma entre la intensa oscuridad que ocultaba el camino recorrido hasta ese paso final. Sin pensármelo dos veces, empujé la puerta para ver que se escondía tras ella.


La sala de mis creaciones
Una ligera corriente me dio la bienvenida


Una mesa y un ordenador, eso es todo lo que encontré. Una sala extremadamente pequeña, fría y húmeda. Las paredes de hormigón no ofrecían un ambiente demasiado acogedor, solo el flexo que iluminaba mi próximo lugar de trabajo me tranquilizaba de cierta manera.

Al instante en el que dí mi primer paso dentro de esa “celda”, la puerta se cerró tras de mí sobresaltándome con un fuerte portazo. Ya no había marcha atrás, sabía a lo que venía, así que con decisión fui a sentarme en la silla para empezar cuanto antes con mi tarea.

En la mesa, una nota escrita a mano cuya letra me era extrañamente familiar.

“BIENVENIDO”

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